Al menos 13 personas murieron el sábado por ataques con morteros en áreas controladas por el Gobierno en Siria, incluyendo un distrito central de Damasco, dijeron un grupo activista y medios estatales, días después de que el presidente Bashar al-Assad anunciara que buscaría la reelección.
El ataque se produjo luego de que activistas dijeran que los combatientes rebeldes retrasaron su planeado retiro del distrito antiguo de Homs, alguna vez llamada la "capital de la revolución", aunque el cese el fuego con el Gobierno continuaba implementándose.
Residentes sostienen que en las últimas semanas insurgentes musulmanes suníes han intensificado el fuego de mortero en Damasco, en momentos en que fuerzas del Gobierno han reforzado el control de partes centrales del país.
La agencia estatal de noticias de Siria, SANA, responsabilizó a "terroristas" por el ataque con morteros en Damasco, y dijo que cuatro personas, entre ellos una adolescente de 16 años, perdieron la vida cuando un proyectil cayó sobre el minibús en el que viajaban en el área capitalina de Dwel'a.
El reporte agregó que otras 12 personas murieron en ataques con morteros que alcanzaron un hospital y un hotel en la ciudad de Aleppo, un importante centro comercial del norte de Siria antes de la guerra que ahora está dividido entre rebeldes y fuerzas del Gobierno.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo activista opositor que realiza seguimientos de la violencia en Siria, también reportó los incidentes, al afirmar que al menos tres personas murieron en Damasco y al menos 10 perdieron la vida en Aleppo.
Los hechos de violencia se producen días después de que Assad dijera que buscaría un nuevo mandato en las elecciones en junio, desafiando a opositores y rebeldes que han intentando derrocarlo durante más de tres años.
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